Tu nombre está hecho de olvidos,
de los jirones del recuerdo
cosidos a retazos
en el tiempo,
en la ausencia.
Deletreo tu mirada torpemente
y a veces consigo rescatar
algunos de los colores
inexistentes
que el sol proyectaba
cuando te conocí:
nunca.
(En ese entonces
no sabía quién eras).
Ni siquiera sé si te soñé
o tú me soñaste a mí.
Y sigo deletreando,
torpe,
tu mirada,
sin saber a ciencia cierta
si alguna vez te miré
o mis ojos
son los tuyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario