sábado, 11 de mayo de 2019

Pregunta

De nosotros, los jóvenes,
hay quienes esperan grandes cosas.

Muchos dicen, aún así,
muchas cosas de mi generación.
Y no todos se equivocan.

Se dice de nosotros
que andamos por ahí perdidos.
Y parece que olviden acaso
que a sus más firmes certezas
precedieron sólidas,
terribles dudas
(al fin y al cabo,
es solo de las piedras
que se nutre el camino).

Pero obvian que este tiempo
no es ya el tiempo que conocieron,
que este mundo que llaman
''el mundo de hoy en día''
no es ya –a todas luces,
a toda sombra– el que era ayer.

Habitamos el tiempo que llaman posmoderno.
Se me ocurre que el mundo
que hemos conocido
es, a la vez, una revolución
y la consecuencia
de la inadecuación a la misma.

Nos toca, hoy más que nunca,
creer en nosotros
¿en qué íbamos a creer si no,
ahora que a Sísifo se le derrumbó el pedrusco encima,
en la época de Internet, de la prensa rosa,
sino en nosotros?
No quedan ídolos a los que aferrarse.
Estamos solos.

Nos toca, hoy más que nunca,
creer en nosotros.
Pero nadie enseña eso,
tan solo la historia que negamos
porque no nos enseñaron a comprender
todo lo que hay de nosotros en ella,
de ella en nosotros.

Este tiempo es una duda.
Y responderemos, sí o no
–quién sabe–

pero habrá un antes y un después.