viernes, 16 de diciembre de 2016

Esbozo sobre la naturaleza del amor (o preludio) y poema

''El amor es la compensación de la muerte; su correlativo esencial''.

A. Schopenhauer


El amor, cuando es profundo y verdadero –lo cual equivale a ser único y singular–, nos hace percibir el mundo como un hogar. En el momento en que somos conscientes de amar la vida deja de ser algo indefinido, alojado en un contexto caótico o, en el peor de los casos, hostil. El mundo se convierte en una patria irrenunciable y la diferencia, esto es, la infinita posibilidad de la existencia, pasa a ser nuestro patrimonio. Todo es posible cuando se ama, simplemente porque deseamos para todos nuestra alegría, nuestra paz, nuestro amor, que es el amor inabarcable por todo, compartido apasionadamente por dos seres que, repentinamente, se descubren a sí mismos partícipes de la belleza, co-creadores del universo que les alberga. El amor es la generosidad absoluta, el punto más sublime de la creación, el lenguaje de la divinidad, porque hace de la originalidad la base de una existencia libre y plena.


Entonces,
yo daría mi vida por ti
porque la vida sin amarte
sería poco menos
que la tediosa tarea
de desaprender a vivir
esperanzado,
de vagar por los minutos
y no hallar dónde descansar,
dónde dejar los bártulos
o el corazón:
el mundo es un lugar hostil
para quien no es amado,
pero cualquiera de sus rincones
        es un hogar
        para quien conoce esa suerte.



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