I.
Se me ocurre que,
tal vez y sólo tal vez,
aquí donde nos encontramos
sea mi tarea entre las tareas,
mi fin último y primero
aún cuando desconocido
rescatarte, ponerte letra,
establecer la vida exacta;
evitar que te marchites sin impregnar
el mundo con tu luz inédita
y preciosa:
salvarte
para salvar al mundo
de tu ausencia.
II.
Se me ocurre que
la poesía vive independientemente
de los hombres,
pero muda.
Se me ocurre que
los hombres viven independientemente
de la poesía,
pero callados.
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